LOS PANTANOS DE LA PESTE
El grupo, que había llegado a tierra firme por la mañana, había recorrido ya un largo camino cuando llegó la tarde.
A medida que avanzaban, ésta se hacía más húmeda, y el aire se iba cargando de una tenue niebla que iba engordando; incluso ya se respiraba ese mal olor que Silvan pronóstico.
Mialee e Isilion, que tenían los sentidos más desarrollados, enseguida se encontraron algo mareados debido al tremendo hedor.
No muy lejos del grupo, marchaban los guerreros del caos, siguiendo sin ningún problema, ahora que la tierra se había ablandado, las huellas de las monturas.
Éaguer, su general, les dijo:
-No debemos acercarnos mucho, o notarán nuestra presencia. Por lo que parece, van a cruzar esos cenagales skaven, y eso juega a nuestro favor. Quizás, su número se vea reducido tras ello.
Obedeciendo a su líder, los siguieron en sus negros corceles, a paso lento.
Éstos se estaban adentrando ya en los pantanos. Acto seguido, entre los juncos y la hierba comenzaron a aparecer pequeños charcos, y la niebla se fue diluyendo poco a poco. Frente a sí, tenían una gran extensión cubierta por agua y cieno.
Pronto, comprobaron que ésta no era profunda, sólo cubría las patas de sus monturas. Pero en cambio, el fango y aquella peste sí que les dificultaba la marcha.
La elfa cayó de pronto.
Isilion que marchaba justo tras ella, pidió ayuda.
-¡Mirad Mialee ha desfallecido!
-¡Parad! -ordenó Silvan de inmediato. Él e Isilion bajaron de sus monturas para comprobar su estado.
El elfo la sostuvo entre sus brazos, e intentó hacerla reaccionar.
-Está desmayada y no se reanima, la subiré conmigo.
-Está bien, pero ten mucho cuidado, en su estado será una presa fácil para los skavens.
-Descuida -articuló el elfo, cubriendose la cara para no inhalar más aquel hedor, que casi producía arcadas.
Siguieron avanzando a través de los pantanos, cuando de pronto uno de aquellos seres apareció de debajo del agua y atacó por sorpresa a Justin. De un salto, tiró al joven ladrón cortabolsas de su caballo, y cayó sobre él, en el agua. Intentó ahogarlo, pero en ese momento, llegó Alan, que últimamente se había hecho inseparable de él; y mató con su espada a la bestia.
-Gracias -le dijo, mientras buscaba su cuerno de auxilio para prevenir al grupo que marchaba delante.
Cuando oyeron su llamada, acudieron enseguida en su ayuda, pero para entonces, tres criaturas más aparecieron de la nada.
Isilion, que no quería intervenir, se quedó junto a Mialee, algo separado de la acción.
Tristan al verlas, gritó:
-¡Malditas ratas, venid a mi! ¡Ya tenía ganas de un poco de acción, para desentumecer los músculos!
-No debemos acercarnos mucho, o notarán nuestra presencia. Por lo que parece, van a cruzar esos cenagales skaven, y eso juega a nuestro favor. Quizás, su número se vea reducido tras ello.
Obedeciendo a su líder, los siguieron en sus negros corceles, a paso lento.
Éstos se estaban adentrando ya en los pantanos. Acto seguido, entre los juncos y la hierba comenzaron a aparecer pequeños charcos, y la niebla se fue diluyendo poco a poco. Frente a sí, tenían una gran extensión cubierta por agua y cieno.
Pronto, comprobaron que ésta no era profunda, sólo cubría las patas de sus monturas. Pero en cambio, el fango y aquella peste sí que les dificultaba la marcha.
La elfa cayó de pronto.
Isilion que marchaba justo tras ella, pidió ayuda.
-¡Mirad Mialee ha desfallecido!
-¡Parad! -ordenó Silvan de inmediato. Él e Isilion bajaron de sus monturas para comprobar su estado.
El elfo la sostuvo entre sus brazos, e intentó hacerla reaccionar.
-Está desmayada y no se reanima, la subiré conmigo.
-Está bien, pero ten mucho cuidado, en su estado será una presa fácil para los skavens.
-Descuida -articuló el elfo, cubriendose la cara para no inhalar más aquel hedor, que casi producía arcadas.
Siguieron avanzando a través de los pantanos, cuando de pronto uno de aquellos seres apareció de debajo del agua y atacó por sorpresa a Justin. De un salto, tiró al joven ladrón cortabolsas de su caballo, y cayó sobre él, en el agua. Intentó ahogarlo, pero en ese momento, llegó Alan, que últimamente se había hecho inseparable de él; y mató con su espada a la bestia.
-Gracias -le dijo, mientras buscaba su cuerno de auxilio para prevenir al grupo que marchaba delante.
Cuando oyeron su llamada, acudieron enseguida en su ayuda, pero para entonces, tres criaturas más aparecieron de la nada.
Isilion, que no quería intervenir, se quedó junto a Mialee, algo separado de la acción.
Tristan al verlas, gritó:
-¡Malditas ratas, venid a mi! ¡Ya tenía ganas de un poco de acción, para desentumecer los músculos!
El bárbaro fue en busca
de dos de ellas, y con dos puñetazos las dejó atontadas.
Mientras, Lana se cubrió
con la capucha de su capa, y se volvió invisible. Sigilosamente, se colocó
detrás de otra, y con su espada corta le degolló el cuello.
Las otras dos se
recuperaron… pero enseguida Tristan las cogió por sus cabezas, y haciéndolas
chocar, las dejó de nuevo aturdidas.
Mientras peleaban,
aparecieron ocho skavens más, también con armaduras, y
tras ellas, una rata-ogro.
-¡Esto se está poniendo feo! -comunicó Silvan- ¡Debemos
hacer algo rápido! ¡Eléndil, trata tú de mantener ocupada a esa enorme bestia! ¡Nosotros
nos ocuparemos de las otras!
Cuatro de aquellas
criaturas fueron hacia Kevin, Éric, Susan y Gúnnar. Los chicos estaban aterrados.
Sin embargo, ella mantuvo la cabeza fría, y en un arrebato de
valentía, cogió su arco y les lanzó una flecha. Pero, le temblaba
tanto el pulso, que no consiguió alcanzar a ninguna.
-¡Hermanita, como no aciertes la próxima vez,
no habrá una tercera! -insinuó Éric, mientras sacaba su espada, alterado. Kevin
ya lo había hecho momentos antes.
Susan volvió a lanzar, y
esta vez como los skavens estaban más cerca, alcanzó a uno. Éste cayó de
inmediato en el agua malherido. Éric fue, y terminó de rematarlo.
-¡Dejadme! ¡Poneros tras de mi! ¡Acabaré con esas ratas nauseabundas! -intervino Gúnnar, al tiempo
que se colocaba entre ellas y los chicos, con su hacha alzada.
Las bestias que también
iban armadas con espadas cortas, fueron a por él. El enano logró matar a la
mitad, pero las otras dos siguieron luchando con él, y una logró subírsele a la espalda
y morderle en el cuello. Kevin intentó ayudarlo lanzándose a por la otra, que no lo vio venir, y acabó muerta de un tajo de la espada. Luego, el enano logró desasirse de laque le mordió, y cuando se
encontraba tendida en el suelo, le
asestó un golpe definitivo con su hacha sobre el pecho, abriéndola en
canal. En el momento que recuperó su arma le dio un leve mareo y cayó
primero de rodillas, y luego tendido boca abajo, sobre aquellas turbias aguas cenagales.
Otras tres de aquellas
criaturas fueron en busca de Silvan, Láslandriel e Ilene, al tiempo que los demás
integrantes del grupo intentaban mantener a raya a las otras. El octavo skaven
se dirigió hacia Isilion y Mialee; pero el elfo con su arco, no perdió ni un
segundo en acabar con él.
Eléndil que con su magia
había retenido a la rata-ogro por el momento, dijo:
-¡Me estoy debilitando, no podré mantenerla
ocupada durante mucho rato, mi bastón mágico se está quedando sin poder!
Mientras
tanto… Silvan y los ángeles estaban acabando con los que aún seguían con vida.
El general longoriano, que no tardó en
aniquilar al suyo, le gritó al mago:
-¡Enseguida te ayudo!
La
niebla se hacía cada vez más espesa, por momentos…
Láslandriel e Ilene que lograron dar muerte a los que se enfrentaron, también fueron a ayudar a
Eléndil. Y juntos, consiguieron vencer a la rata-ogro.
Una vez terminada la lucha,
acudieron a ayudar a los demás. Al enano que estaba herido y enfermo… a Mialee,
que aún permanecía insconciente, y a los tres chicos, que aún temblaban y
sollozaban debido a lo que habían vivido unos instantes antes... sus primeros
combates, y sus vidas cobradas, aunque no fuesen
humanas. Un impacto muy fuerte para ellos, que si no era llevado adecuadamente,
podía causarles un trauma de por vida, y
además, poner en peligro la misión.
-Lo sanaré. Debe de tener la rabia, y su
herida es grave -Láslandriel, poseedor de poderes curativos, puso su mano sobre
Gúnnar, y enseguida lo curó. Inmediatamente hizo lo propio con Mialee, que había
contraído la peste. Y, enseguida se puso bien.
Los demás quedaron sorprendidos ante tal prodigio, aunque muy contentos de tener a alguien así, acompañándoles.
Los demás quedaron sorprendidos ante tal prodigio, aunque muy contentos de tener a alguien así, acompañándoles.
Alan y Justin también
tenían algunos rasguños, pero nada serio.
Más tarde, buscaron a sus monturas, que habían huido al ver a la enorme bestia. Cuando las encontraron, siguieron adelante.
Más tarde, buscaron a sus monturas, que habían huido al ver a la enorme bestia. Cuando las encontraron, siguieron adelante.
Poco después, los
caballeros el caos pasaron por el lugar de la lucha…
-Se han enfrentado a once skavens y una
rata-ogro, y han salido victoriosos; y por lo que veo, no han sufrido ninguna
pérdida. Veremos si tienen tanta suerte, cuando se enfrenten a nosotros -dijo Éaguer,
pensativo.
Al
amanecer, el grupo había conseguido cruzar los pantanos de la peste, ya con Gúnnar
y Mialee totalmente restablecidos. Luego, se dirigieron hacia Mirania.
Empieza la acción...
ResponderEliminarMe pregunto cómo superaran el impacto los chicos. Con ese comentario de las críticas me refería a cosas así, me encanta que hagas notar eso, nunca lo he leído.
Esto es una tontería, pero Ilene me gusta porque nos llamamos casi igual :)
Bueno, la acción comienza poco a poco, voy introduciéndola en algunos capítulos, como pequeños aperitivos del plato fuerte. Pues, a los chicos practicamente no les dará tiempo a pensar en ello, la acción y las aventuras se sucederán una tras otra, y no les dará tiempo a pensarlo, pues se enfrentarán a retos aún más dificiles si cabe. Gracias, por el comentario. Se agradece.
EliminarEn cuanto al nombre de la ángel Ilene... los ángeles máculinos todos acabo sus nombres en "iel" y los femeninos en "ene", El que se llame parecido a ti, Irene, es una coincidencia en la que no había caído. Gracias por mencionarlo. Me alegra que te guste. Saludos.
Me mola este pasaje en el pantano de la peste, se huele el miedo, la tensión y algo más...
ResponderEliminarGracias. ¿Qué es ese algo más? Me gustaría saberlo. Jeje.
ResponderEliminarSaludos.
Ahora hay más acción. Espero que los tres chicos no queden tan traumados, a fin de cuentas no eran seres humanos así que tal vez sea la espanto del momento. Luego se convertirán en psicópatas. Ja, ja, ja, ja.
ResponderEliminarTambién me gustó el lugar. Es un buen sitio para que sucedan cosas así o más terribles aún. ¡Saludos!
Hola. Sí, poquito a poco va apareciendo. Es verdad, no eran humanos. Con el tiempo se convertirán en guerreros muy valientes, pero no creo que lleguen a convertirse en un Anibal Lecter. Jaja.
EliminarSí, era un lugar adecuado para que aparecieran muchos tipos de monstruos.
Saludos.
¡Hola!
ResponderEliminarUf, esta vez lo han pasado mal, no? Sólo con el hedor que han debido soportar, ya ha sido un viaje duro. Pero encima van y les atacan las bestias... Pobres Gúnnar y Mialee, uno con la rabia y la otra con la peste. Suerte que cuentan con Laslandriel.
Me ha gustado mucho ^^
¡Nos leemos en el próximo! Un besote.
Sí, llevas razón que mal debía oler allí. Jajaja.
EliminarEl primer enfrentamiento...
Al final, lo han superado de una manera u otra.
Gracias.
Besos y abrazos.