Un
año después…
LA
CARTA DE ELDARON
Era
por la mañana y la primavera recién había comenzado. Aquel día
había mercadillo en la ciudad, así que Longoria se llenaría de
todo tipo de gentes y seres raros. A Susan no le gustaba aquél
barullo. De modo que había salido a dar un paseo con su unicornio.
Normalmente,
llegaba hasta el río cristalino. Sin embargo, esta vez, mientras se
daba un baño, su montura
se había alejado hacia las praderas de los caballos salvajes.
Cuando
se dio cuenta, era demasiado tarde…
Lo
encontró
junto a ellos.
Se había hecho tarde y debía regresar ya a la ciudad, así que tuvo
que arriesgarse a acercarse a aquel grupo.
Al
principio, sólo parecían inquietos pero, cuando se acercó
demasiado, salieron
en estampida
hacia ella.
Salió
corriendo pero no serviría de nada, tarde o temprano la
alcanzarían.
Ya
no podía más. Si aquellos caballos no dejaban de seguirla, caería
al suelo agotada, si no la alcanzaban antes. Pero justo en el momento
en
que lo estaban logrando, sobre el prado vio
una
gran sombra… alguna
bestia debía volar sobre ellos. Cuando se volvió para ver que era,
los caballos huían despavoridos. El causante, un pequeño y joven
dragón verde que estaba posándose sobre el prado en aquel momento.
Cuando lo hizo, se bajó de su silla su joven jinete.
-Hola
Susan, ¿estás bien?
-Sí, Kevin. Gracias a ti y a tu dragón.
-¿Qué
hacías aquí tan lejos de la ciudad?
-Intentaba
que mi unicornio volviese conmigo, para regresar a Longoria, pero ha
sido inútil.
-No
te preocupes. Sube conmigo y regresemos. Seguro
que cuando te eche de menos,
volverá.
Yúnik
era hijo de la dragona que montaba Kevin durante la batalla de
Longoria. En una de las visitas de estos dragones a la ciudad, ésta
le contó que pronto pondría huevos y tendría dragoncitos. Él
le prometió que iría a verlos cuando nacieran, pero cuando lo hizo,
se encontró con una situación inesperada.
Antes
que los huevos eclosionasen,
los túnicas negras, -magos liderados por Ízmer, que practican la
magia negra-, atacaron a los dragones. Mientras ambos
luchaban, las arpías -criaturas con cuerpo de mujer, que no tienen
brazos, pero sí alas y garras de ave- aprovechaban
para
robar
sus
huevos. En la batalla, los padres de Yúnik murieron, de modo que no
pudieron evitar que las arpías entregaran los huevos a los túnicas
negras, para que éstos, a partir de ellos, y gracias a su magia
negra, lograran que eclosionaran, y
que de
ellos no nacieran dragoncitos, sino draconianos -criaturas del tamaño
de los humanos, que andan sobre dos piernas y vuelan con alas de
dragón; con rasgos de ambos-. Con todo, antes de morir, la madre de
Yúnik logró arrebatarle un único huevo a una de las arpías, y
ponerlo a salvo.
Días
después, Kevin llegó al lugar donde se encontraba el cubil de su
dragona.
Lo
encontró vacío, y cerca de él halló los esqueletos con lo que
quedaba de los cuerpos de los dragones, tras ser devorados por las
arpías y los carroñeros. Se
sintió muy triste, pero entonces, oyó no muy lejos de allí, un
ruido, y fue a ver que era. Cuando llegó, encontró protegido entre
unos riscos, una cría de dragón verde, y trozos del cascarón de su
huevo. Fue en aquel momento en el que decidió que lo
cuidaría
y lo
criaría…
algo que le mantuvo muy activo, pues era muy inquieto, y siempre
tenía hambre.
Y
desde entonces, hasta ahora…
Kevin
y Susan llegaron a la ciudad subidos en Yúnik.
Al
día siguiente, el unicornio regresó junto a ella. Pero ella no
tuvo mucho tiempo para estar con él; pues, todo el grupo que buscó
la dragonstone verde fue convocado a una reunión. En ella, el Rey
Mónckhar les dijo que había llegado una carta proveniente de la
isla de Loft, en la que Eldaron, el rey de los altos elfos, le
advertía de los planes de Ízmer… que conocía, gracias a su
espejo mágico élfico de Loft. Decía, que el
enemigo
había cambiado de estrategia… ahora pretendía atacar primero a
los aliados de Longoria. Así, en un futuro, podría combatirla, sin
que ésta recibiese ayuda exterior.
Eldaron
les informó además, que el propósito del líder de los túnicas negras era comenzar
atacando a los elfos silvanos.
Como
las Dragonstones solo tenían poder para invocar a los dragones de su
color, una sola vez… decidieron que lo mejor sería ir en busca de
la siguiente piedra. De modo, que juntaron la Piedra Multicolor
con la dragonstone verde, y… descubrieron gracias a primera, que la piedra azul se encontraba en la isla de
Lásgarot.
En
la reunión, se acordó que Silvan, Éaguer y Kevin, junto a los
magos Lana y
Eléndil,
y parte del ejército longoriano, fueran a Lásgarot a por la dragonstone azul; y que, Tristan, Gúnnar, Éric, Ilene y Láslandriel partieran
hacia Nordia en busca de la ayuda de bárbaros y enanos.
Por
otro lado, Alan y Susan irían a Silvanya para avisar a los elfos
silvanos de las intenciones de Ízmer. Mialee e Isilión vivían
ahora allí, junto a los suyos… pues, los príncipes silvanos
esperaban pronto la llegada de un bebé.
Pues sí que han tardado en buscar la piedrecita, se ve que los chiquillos no tienen ganas de volver a la Tierra. Y no sé por qué, ahora que ha pasado el tiempo me los imagino como si ya tuvieran dieciocho años o así.
ResponderEliminarUn bebé, qué monada *-* Pero ojalá Mialee no tenga que luchar, que encima que está embarazada, con todos los problemas en los que se metió en el pasado... qué peligro corre.
Y pobres dragones :(
Saludos.
Jajaja. No aún no tienen dieciocho, creo que eran si no recuerdo mal, Kevin 16, Éric 15 y Susan 14.
EliminarTranquila Mialee no tendrá que luchar.
Sí.
Saludos.
Como que se tardaron un poquito para retomar la búsqueda. ¿No extrañan la Tierra? Si yo fuera uno de ellos no regresaría. Je, je, je, je, je. Pronto habrá acción... lo presiento XD ¡Saludos!
ResponderEliminarJeje. Es primer libro, y es lógico que tenga fallos. Es que quería que en esta trilogía pasaran muchos años entre la búsqueda de cada una de las Dragonstones.
EliminarSaludos.
Ah! Es por eso. No hay problema. Mientras se expliqué por qué se tardan tanto no habrá problema. ¡Saludos!
Eliminar¡Oh! ¡Un dragoncito! ¡Qué mono! Me hubiera encantado tener uno a mí también. Esas malvadas arpías....
ResponderEliminarUn capítulo corto, pero me ha gustado. Ahora que parece que Izmer se pone en marcha, vuelve la aventura. A ver qué les deparan el resto de capítulos :)
¡Hasta luego! ¡Ah! Y gracias por las palomitas XD En este las de mantequilla jujuju
Esas arpías que malas son, pobres dragoncitos.
EliminarVuelve la aventura y la acción.
Las de mantequilla... me pediré un paquete. Jeje.
Hasta ahora.