LOS
HALFLINGS
Habían pasado unas
horas desde que dejaron la gruta. El paso entre las montañas medianas y el
bosque de half había sido un sendero tranquilo.
Gúnnar,
el enano, estaba cansado de montar en el pony. Esto se debía a que éstos no estaban acostumbrados a ello. Pero eso no era lo que más lo disgustaba; sino el montar un poni. Para él,
eso era un menosprecio hacia su persona.
Gúnnar
Ódegaard era un enano nórdico. Provenía de la zona de Nordia, al noroeste de
Bábylon.
Como todos los de su raza, era testarudo y orgulloso… y lucía una gran barba pelirroja, con
algunas trenzas, al igual que en su pelo; que era del mismo color... medía metro y medio; tenía los ojos marrones, y tenía ciento setenta años. Con que aún era joven.
Sólo
utilizaba un hacha para defenderse. No obstante, para él era muy preciada, por
ello casi nunca se separaba de ella.
Aún más que cansado, estaba hambriento.
Silvan,
le dijo:
-No te preocupes, en el momento que lleguemos
a Half, tus problemas se solucionarán.
Los
halflings solían acoger muy bien a sus amigos. Y el general longoriano era uno de los mejores que conocían.
Durante
los años que llevaba al frente del ejército, había pasado por el
pueblo de los halflings, en más de una ocasión. Por eso, para ellos era un gran amigo.
Sólo vivían pensando en sus cultivos, sus rebaños, y en una buena
comida con la que llenar sus estómagos.
Vivían
en su mundo, aislados de todo lo demás. Eran pacíficos, pero si atacaban a su
pueblo o sus gentes, se defendían como el primero, a pesar de su pequeña
estatura, que iba desde el metro, al metro con veinte centímetros.
Eran
regordetes y con barriga; y aunque no solían tener vello en la cara, algunos
llevaban patillas. En cambio, tenían los pies y las manos velludas y muy
grandes. No obstante, solían llevar los pies, casi siempre, al descubierto.
Había
otro pueblo de medianos que tenía casi las mismas similitudes que ellos...
Estos los hobbits. Éstos vivían cerca de ellos, aunque un poco más al norte. Los otros medianos eran los kenders. Todos ellos solían acudir, unos a las fiestas de los otros.
Avanzaba
ya la tarde cuando, lograron ver la aldea de Half. Silvan se adelantó para
informar de la llegada del grupo a los halflings.
Poco
después, llegaron todos. Y fueron recibidos con mucha alegría.
Gúnnar
agradeció poder parar a descansar. Y se alegró porque ahora no era el más
pequeño.
Los
halflings se llevaron… los caballos, los unicornios y el poni… y los
alimentaron bien.
Silvan,
le dijo al grupo:
-Nos quedaremos aquí hasta mañana. Partiremos
al amanecer, y pondremos rumbo a la ciudad portuaria de Búrds.
Mientras
llega la hora de la cena, si queréis, podemos darles las gracias por su amabilidad,
ayudándolos en las labores rutinarias que realizan a diario.
El
más anciano de los halflings, que era el que tomaba las decisiones en Half, se
acercó a ellos y les dijo:
-Podéis estar en cualquier parte. Ir a ver los
cultivos, los rebaños, los verdes prados, y todo lo que queráis.
Los
tres chicos: Kevin, Éric y Susan querían ver los rebaños. De modo que uno de los
halflings más jóvenes, los llevó a las afueras, dónde los pastores llevaban sus ovejas a los prados.
Isilion
y Tristan fueron a ayudar en los cultivos, que estaban cerca del río
cristalino, junto al bosque de half.
Allí
se recogía el agua, porque… unos ponys movían un mecanismo que hacía que la
noria se moviese, ayudada también, por la corriente de ésta.
Tristan
se dirigió a los halflings que había cerca de la noria.
-Soltad los ponis, dadle respiro, necesitan
descansar. Yo los sustituiré -dicho y hecho. Tristan se puso a empujar el
mecanismo para que funcionara la noria. Tanto los halflings como Isilion se
quedaron asombrados por la fuerza del bárbaro.
El elfo,
después, fue hasta el final del canal del agua que iba desde la noria hasta los
campos de cultivo. Allí, recogía en cubos de madera el agua que caía de éste a un embalse, y lo llevaba a los cultivos, dónde los halflings se encargaban de
regar.
Por
otra parte, Silvan, Gúnnar y Justin, se dedicaron a arreglar algunos de los
tejados de las casas de los halflings, que estaban hechos de paja y varetas. Debían ser cuidados; porque cuando llovía, solía haber goteras. Las
casas tenían las paredes de tierra dura, y estaban pintadas
con cal.
Las
chicas, Lana y Mialee ayudaban a las mujeres halflings a lavar las ropas, tenderlas
y recogerlas.
Los
ángeles, Láslandriel e Ilene, iban volando hasta el bosque, dónde los leñadores
cortaban sólo la leña que necesitaban; (de los árboles más viejos… los enfermos
o secos), y la transportaban hasta el pueblo.
Por
último, Eléndil se dedicó a conversar con el sabio anciano halfling, para
compartir conocimientos, costumbres e historias.
Kevin,
Éric y Susan habían ido a los verdes prados a ver los rebaños. Hasta el
momento, se estaban divirtiendo mucho con las ovejas.
Éric,
el más inquieto de los tres, quería enfurecer al carnero para reírse de él. Le
tiraba pequeñas piedras, y luego, atraía su atención. Esto, le pudo costar
caro, porque el animal salió corriendo tras él, y estuvo a punto de golpearlo;
de no ser por la ayuda de Kevin, que en el último momento lo agarró por el brazo,
y lo apartó hacia un lado.
El
carnero no tuvo más remedio que empotrarse contra un árbol. Quedó atontado, y
aún más furioso; así, que tuvieron que marcharse antes, de que volviera tras
ellos.
Cuando
se acercaba la noche, todos habían dejado ya sus tareas, y se habían reunido en
Half. Una excelente cena les esperaba…
Todos
comieron, bebieron y rieron mucho. Luego, se fueron a dormir, y descansaron y
reponieron fuerzas para seguir el viaje.
A
la mañana siguiente, se despidieron de los halflings y salieron hacia Búrds, dónde
buscarían un barco para navegar hacia la isla de Loft.
Por
otro lado, los barcos negros habían avanzado hasta las costas cercanas a las
tierras demoníacas.
En
cambio, los caballeros del caos se informaron gracias a los campesinos, que el grupo
había salido ya de Longoria, dirección a Búrds, para coger un barco que les
llevara a la isla de Loft. Esto,
les hizo cambiar de dirección… siguiendo su camino, pasando justo al norte de las
montañas medianas.
Pronto, lograrían dar alcance al grupo de héroes.
Otra vez a mirar el mapa. Me encanta, esto de ir buscando los lugares jeje. Buena armonía entre las razas, inculcas valores, eso es bueno.
ResponderEliminarJeje Menos mal que te gusta mirar el mapa, porque lo vas a tener que hacer en casi todos los capítulos. Y hay 47 en total. En lo referente al las razas no era esa mi intención, lo vi algo normal, porque están en el mismo bando. De todas formas, queda muy bien.
EliminarSabía que a Gúnnar no le gustaba montar el poni... Ja, ja, ja. ¡Me lo imagino y me risa!
ResponderEliminarPor otra parte, los malos se están acercando... Huelo a que habrá un combate pronto. Je, je.
Dejando todo eso de lado, leí que vas a publicar en Amazon "Tierras de Gyadomea 1". Mucha suerte con eso. Cuando me ponga a tono con esta historia también la leeré... aunque estoy muy atrasado, debo seguir, seguir, seguir. Je, je, je.
Saludos.
Hola. Si es una situación cómica. En cuanto al combate. No tan pronto como crees.
EliminarEn cuanto a lo de publicar es solo una idea. Todavía no me he puesto a ello. He comenzado ha pasarle un último borrador a la historia. Además cuando lo termine quiero hacerle yo mismo la cubierta, porque en un principio solo pretendo publicarlo en formato electrónico. Cuando tenga todo, me pondré con el proceso para publicarlo con Amazon. No sé si también tendré que maquetarlo o editarlo mejor. Espero que no.
Saludos.
¡Has clavado al enano en el dibujo que hiciste! Muy logrado. Jejeje, la imagen del enano en el pony... ¡No me extraña que se molestara!
ResponderEliminarUn capítulo más tranquilo de lo que esperaba, pero no por eso me ha dejado de gustar. ¡Anda que si el carnero golpea a Eric! jejeje Eso por andar molestando al pobre animal XD
Lo que no saben es que les siguen de cerca...
Tendré que esperar para seguir leyendo. Últimamente estoy muy liada y apenas me quedan ratos para mí... Así que en cuanto pueda me pongo con el próximo :)
¡Besotes!
Gracias Carmen.
EliminarJeje. Yo también lo visualizo montado y comprendo como le sentaría.
La escena del carnero muy cómica, el resto la verdad, mucha tranquilidad. Ya tendrán tiempo para la acción más adelante. Aún quedan muchos capítulos. En total hay 47.
Besotes, amiga.