Autor:
Es
mío.
Es
el primer relato que he escribí. Lo hice para
participar en el concurso de Halloween de 2012 de www.97cats.es/Escritos?AllResults=1
Este enlace ya no existe.
En
el concurso tuve que reducirlo para participar pues no podía exceder
de las mil palabras. El que os muestro aquí es el original. Por
cierto había tres ganadores: al relato que más gustaba, al que más
miedo daba, y al que mejor escrito estaba… no gané ninguno, pero
me quedé muy cerca en el que más gustaba… el tercero.
¿Cuento
de hadas?
O…
¿Historia
de terror?
Ella
era una chica frágil, frágil como los pétalos de una flor sedienta
del rocío de la mañana…
De
dulce corazón… diríase que si este fuera un postre, sería una
enorme fresa de gominola recubierta de azúcar. Y una cosa más…
era sensible…
…hasta
un punto que llegaba a rozar lo desmedido.
Atardecía
en aquel día de perros. Y por segunda vez (la primera vez hacía ya
diez años; entonces tenía cinco y ahora en el año mil 666,
quince), volvía a aquel lugar el mismo día de su decimoquinto
cumpleaños.
No
sabía por qué, pero una fuerza sobrenatural la agarraba
desesperadamente… de un modo casi sádico, le estrangulaba los
sentidos, se los oprimía hasta no sentirse dueña de su ser… de su
alma…
…Y
la atraía hacia aquel lugar…
…Recién,
había dado sus primeros pasos, adentrándose en aquél tétrico
bosque.
En
el suelo había restos de nieve del día anterior, que debido a la
intensa niebla de aquella sobrecogedora tarde, ya casi estaba
derretida.
Entonces…
sintió unos ruidos, algunas ramas y hojas secas del suelo parecían
haber crujido. Recordaba muy bien aquella sensación… se
estremeció…
…pero
de terror.
Un
relámpago precedió unas milésimas de segundo antes a un atronador
trueno, y el árbol justo que acababa de pasar, se resquebrajó con
un sonido estridente, chirriante, escalofriante… de lo que quedó
de él, para qué hablar…
…
más bien parecía
la momia carbonizada del ya tétrico simulacro de árbol, que era
antes.
Y
comenzó a llover…
Pero
de una manera descompasada, llovía torrencialmente, a cántaros.
Aquellas
gotas, se incrustaban en la piel hasta el mismo tuétano de los
huesos.
Helaba,
como helaba… Era un frio de otro mundo, de uno en el que ella, aún
joven, todavía le quedaba mucho para poder alcanzar.
Los
escalofríos se adueñaban de todo su cuerpo de fuera hacia dentro, y
viceversa… un hedor a podredumbre, comenzó a emanar de él...
…Su
aliento… comenzó a volverse cada vez más notorio, más espeso,
más blanco, más frio, más nauseabundo…
Como
aquella vez pasada… no sabía si aquello que sucedía era real, o
producto de su subconsciente…
…pero
ya sabía lo que le esperaba.
Unos
aullidos que desgarraron el velo de la noche, sonaron en aquel
instante justo en el que el corazón amenazaba con salírsele del
pecho con cada uno de aquellos intensos latidos desbocados. Un nudo
estrangulaba su garganta, oprimiéndola, retorciéndola…
…no
podía más… estaba paralizada. Pero debía correr, debía correr
ya, con todas sus fuerzas, con toda su alma, si es que aún le
quedaba alguna. Aquellas bestias demoníacas, aquellos lobos
espectrales, comenzaron a perseguirla justo cuando ella comenzó a
correr. Parecían haber estado esperando todo el tiempo. Sabían que
el miedo rompería esa parálisis que el mismo había provocado.
Por
fin logró salir de aquel tétrico bosque y alcanzó aquella enorme
verja. La abrió a trompicones y cruzó al otro lado. En ese momento,
la lluvia dejo de caer. Sin embargo, los lobos espectrales alcanzaron
también la verja, pero ésta se incendió en llamas y no pudieron
pasar… …Se rompían las gargantas con cada uno de sus ladridos,
gruñidos, aullidos o lo que quiera a lo que aquello sonara. Eran
escandalosos.
Ella
alejada de la verja, se tranquilizó por momentos; había escapado de
ellos, se podría decir que todo había pasado, que estaba a salvo…
…pero
aquello no acababa allí, ella lo sabía muy bien, lo peor estaba por
llegar.
Se
encontraba ante un extensísimo cementerio lleno de tumbas en el
suelo. Las nubes descubrieron en parte el cielo y una luna llena
quería abrirse paso entre ellas.
La
niebla volvió a hacer acto de presencia…
Cubría
la mayor parte del suelo y las tumbas.
Las
hojas secas caídas resbalaban la humedad…
…en
un árbol sin hojas, sobre una horripilante rama, un cuervo la
observaba, la taladraba con la mirada. De pronto, sintió que algo
peludo y asqueroso, recorría una de sus piernas. Cuando miró, una
enorme tarántula subía por ella.
-¡Aaahhh! –gritó.
Y con una sacudida, la lanzó lo más lejos posible. Vio que muchas
otras recorrían algunas de las carcomidas lápidas.
Entonces
vio un pozo… se acercó hasta él, no sabía porque, pero lo hizo.
Estaba hecho de piedras. El musgo nacía entre sus salientes. Era
bastante estrecho, pero inmensamente profundo y oscuro. Un sinfín de
murciélagos salieron de improvisto de su interior, arañándole su
delicado rostro, a su paso.
Se
retiró del pozo…
…cuando
de pronto, una cadavérica mano agarró su tobillo. Forcejeó para
librarse de ella, pero en el intento, perdió sus botas de cuero.
Quedándose sus pies descalzos, desprotegidos. Al mirar a su
alrededor, vio que de la mayoría de las tumbas salían zombis,
anhelantes de carne humana que les devolviera esa sensación de estar
vivos. Entonces, corrió de nuevo con todas sus fuerzas hacia el otro
lado del cementerio, donde había otra enorme verja… la salida.
Cuando
casi la alcanzó… la luna llena ya iluminaba el cementerio con todo
su esplendor… los murciélagos volvieron a hacer acto de
presencia. Pero esta vez venían acompañados…
…por
un sombra.
Se
interponía entre ella y la salida, y quería su energía vital.
El
ser incorpóreo, era un espíritu cubierto por una capa con capucha
negra (ambos semi-transparentes), que levitaba en el aire. Entonces
recordó algo… el pozo.
Volvió
a correr hacia él. El sombra fue tras ella…
Golpeó
con un trozo de una gruesa rama que encontró en el suelo a todo
zombi que se interpuso en su camino. Por fin alcanzó el pozo.
Accionó un mecanismo, y de pronto, una escalera de piedra hizo acto
de presencia. Bajó por ella. Y el pozo volvió a cerrarse de nuevo,
impidiendo la entrada del sombra. No sabía cómo, pero ahora había
algo de claridad en su interior.
Cuando
llegó al final de su recorrido, abrió una trampilla, y se encontró
al otro lado de la verja de salida. Algo, sobrenatural impedía al
sombra cruzar al otro lado de la verja. Estaba a salvo.
Ante
ella, una mansión que mezclaba los estilos gótico y barroco. Se
sentía atraída hacia ella, le era imposible resistirse… De modo,
que se acercó.
Unas
gárgolas de piedra presidían una entrada llena de las hojas secas
caídas de la hiedra que ascendía por las paredes. Éstas volaban
cada vez que una brisa de aire las removía.
Cruzó
las gárgolas, y por un leve instante le pareció que a éstas les
brillaban los ojos. Sería su subconsciente de nuevo… pensó.
Ya
en su interior, vio que el suelo estaba lleno de ratas que corrían
de aquí para allá. Sin hacerles mucho caso, subió la escalera que
la llevaba a la planta de arriba.
El
corazón se le sobrecogió de pronto…
En
el pasillo estaba el amor de toda su vida. Pero diferente.
Exactamente igual que lo vio la última vez (hacía diez años que
estuvo allí), sin embargo, estaba diferente… Era algo etéreo, un
espíritu, un fantasma…
Llevaba
como siempre su pequeña arpa en las manos. Comenzó a tocarla…
Una
melodía maravillosa la embriagó de pronto…
Quería
tocarlo, quería probar por primera vez su tacto, sus caricias, sus
besos…
Él
tenía los mismos años que ella, cuando murió. Ella, aunque una
niña en aquella época, siempre lo había visto como su ideal de la
belleza. Su adonis propio.
Cuando
se aproximó, él acercó sus dedos a los suyos… quería hablarle,
pero sí de su boca salían palabras, a oídos de ella eran
inexistentes.
Y…
entonces, hizo acto de presencia.
Una
bella, joven e inquietante hechicera, que se valía de invocar al
diablo para obtener su magia… para crear ese mundo real o irreal a
su alrededor… ese mundo que comenzaba a partir de aquel bosque
lúgubre y siniestro.
Vestía
ropa de estilo gótico. Un vestido color sangre, botas negras de
cuero, guantes de seda negros, y una capa con capucha, también
negra. De su cuello, colgaba un medallón con una estrella de cinco
puntas dentro de un círculo.
-¡Tú me lo
arrebataste! –grito Ella.
-Si no era para
mí… para nadie –dijo con una media sonrisa-. Ahora te toca a ti.
Necesito alimentarme de la vida de alguien cada diez años, para
volver a invocar al maligno.
Cuando
se disponía a clavar una daga en el corazón de la chica, vio el
crucifijo que colgaba del cuello de ésta. Y se rehízo sobre sus
pasos.
-¡Vete!-gritó-.
¡Vete y no vuelvas más! –insistió la hechicera.
Momentos
después… Ella despertó en su habitación. Todo había sido un
sueño…
Miró
a su mesita y vio una calabaza con siniestros ojos, nariz y boca, con
una vela encendida y casi derretida en su interior.
…entonces
pensó…
…Un
sueño sí…
…pero
uno que se repite cada 31 de octubre desde hace diez años…
…Desde
aquella vez que estuvimos allí…
…Desde
entonces… él aún sigue en aquel lugar, aunque ya no es el mismo,
ahora su cuerpo es etéreo, es un fantasma. Todo por culpa de ella…
…y
se acordó…
le
quedaba una hora para su cumpleaños. Y cuando se cumpliera…
…volvería
a pasar por todo lo que había pasado.
Pero
esta vez… sería real.
Ahora
le tocaría morir a ella… menos mal, que como en el sueño, su
crucifijo mágico la salvaría como lo hizo aquella primera vez.
…pero
entonces, se acordó de algo que se le había olvidado…
Ya
no tenía aquel crucifijo, se lo arrebató el cuervo del árbol del
cementerio cuando consiguió escapar…
Lo
que Ella no sabía… era que aquel crucifijo además de salvarla de
la hechicera, tenía el poder de devolver la vida a los fantasmas…
podría haber salvado a aquel chico, a su amado. Tampoco sabía que
volvería a pasar de nuevo por aquel calvario para nada…
Cruzaría
aquel lugar, atraída hacia la mansión sin remedio.
…todo
para morir y no poder estar ni en la otra vida con su chico…
…pues
el diablo la última vez que lo invocó la hechicera, le había
pedido el cuerpo etéreo de Ella para él.
Me ha gustado mucho el texto. Personalmente, este tipo de relatos me encantan y me llaman muchísimo. La parte que más me ha gustado es la del final, en el castillo.
ResponderEliminarTienes muchísima imaginación, la verdad :)
Un saludo.
Me alegro que te haya entretenido. Si te ha gustado más la parte final es que eres más de cuento de hadas que de historia de terror que era la primera parte. En cuanto a la imaginación es la mejor virtud que tengo como escritor (aún no he publicado nada pero considero escritor a todo aquel/la que transmite lo que siente a través de las letras, haya publicado, o no), si sigues leyendo todo lo que hay en mi blog verás que llevo razón; en cambio no soy tan bueno con la expresión o los signos lingüisticos, pero es algo igual que la manera de preparar una novela, sus personajes y su trama que con el tiempo se puede mejorar... En cambio, la imaginación o la tienes o no... por eso puedo dar gracias de tenerla.
ResponderEliminarSi te gusta este relato has de saber que pertenece a mi proyecto "Cuatro Reinos" libro que escribiré en el futuro. En él, este relato será un cuento o una leyenda que las abuelas y la gente cuenta en las noches de haloween.
¡Hola José!
ResponderEliminarBueno, no conocía esta historia. Tengo que reconocer que no entendí muy bien por qué se empeñaba en ir allí. Aunque al leer el final lo he entendido. Maldita bruja... Mira que llega a ser mala.
Me ha gustado la ambientación tétrica que le has dado ^^ Muy de halloween jejeje Aunque el final, tan triste, ya es otra historia :( Pobre... pensar que podía haberle devuelto la vida al muchacho...
Bueno, voy a seguir cotillenado XD Esta sección no la conocía y tienes más cosillas. ¡Abrazo!
No sabía que no conocías esta sección de relatos. Son bastante antiguos pero están bien. si has leído mi respuesta al comentario anterior este relato saldrá en mi libro Cuatro Reinos, uno de los últimos que tengo pensado escribir. Será una leyenda que las viejas suelen contar por las noches a sus nietos. El libro no tiene nada que ver porque es una lucha entre cuatro reinos: elfos, vampiros, hombres-lobo y humanos en un ambiente pseudeomedieval con grifos y halcones gigantes como monturas de los elfos y humanos. Una historia de fantasía oscura medieval con un leve toque tetrico.
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